¿Podemos superar biológicamente la muerte? El doctor Alvira, catedrático de Filosofía y profesor emérito de la Universidad de Navarra, conversó sobre este tema en una reunión organizada por el Centro Cultural de la UDEP.
Por Claudia Reto. 29 abril, 2016.En Lima, el Centro Cultural de la UDEP convoca periódicamente a un espacio de diálogo entre el público y un reconocido expositor, en una actividad denominada “Café con …”. El 27 de abril se llevó a cabo su cuarta edición y tuvo como invitado al doctor Rafael Alvira, cuyas investigaciones filosóficas en torno al hombre y su transcendencia lo han llevado a interrogarse sobre diversos temas de la vida.
Sobre la existencia de una vida después de la muerte, el doctor Alvira explicó que lo que sí está claro en este tema es que la ciencia más optimista y actual no ha cambiado mucho de la tesis tradicional del Cristianismo, que dice que si uno quiere vivir eternamente tiene que morir su situación actual. Tanto en el pensamiento griego clásico como en el Cristianismo existe la idea de que quiere vivir eternamente, pero se considera que para hacerlo bien hace falta un tipo de vida distinto a la estrictamente temporal.
“Al poner especial énfasis en el cuidado del aspecto físico del ser humano no significa que no vamos a morir. Se puede estar en perfecto estado físico y no tener ganas de seguir viviendo. Vivir eternamente en el tiempo es un sufrimiento”.
Con esa afirmación comentó que lo que caracteriza al tiempo es la repetición y en esta consiste el aburrimiento. “Si hay repetición, hay aburrimiento. El aburrimiento es la percepción pura del tiempo, porque el que está aburrido está pasando por un tiempo, por el que no pasa nada más que tiempo”.
Entonces, ¿cómo se consigue morir para seguir viviendo una vida no aburrida y que ya no será temporal? Según Sócrates, explicó el doctor Alvira, solo hay algo que es eterno: el amor verdadero, porque este trasciende al tiempo. Enseguida, el público lanzó una pregunta: ¿Cómo es el cielo? Alvira respondió que la imagen terrenal no sirve para imaginar el cielo. La única imagen que sirve para tener una idea de él es el amor. “Cuando se tiene la experiencia de un amor verdadero, se tiene la visión de que así será el cielo”.